Esta sorprendente revelación proviene de un equipo de investigadores que estudió especímenes fósiles excepcionales de T. rex, incluidas impresiones de piel y estructuras parecidas a plumas excepcionalmente conservadas. Sus hallazgos, publicados en la revista "Nature", proporcionan una nueva perspectiva sobre la apariencia y la biología de este depredador prehistórico.
La presencia de plumas en el T. rex tiene implicaciones importantes para nuestra comprensión de su comportamiento y fisiología. Se sabe que las plumas proporcionan aislamiento y ayudan a los animales a mantener su temperatura corporal en diferentes condiciones ambientales. Esto sugiere que el T. rex, contrariamente a las suposiciones anteriores, puede haber sido un animal de sangre caliente o quizás de sangre semicaliente, capaz de regular hasta cierto punto su temperatura corporal interna.
Además, el descubrimiento de plumas en el T. rex plantea la posibilidad de que haya utilizado su plumaje con fines de exhibición, como atraer parejas o intimidar a rivales. Las complejas estructuras de las plumas observadas en el registro fósil indican que las plumas pueden haber desempeñado un papel en las interacciones sociales y la comunicación entre los individuos del T. rex.
Esta investigación innovadora desafía suposiciones arraigadas sobre el T. rex y arroja nueva luz sobre la diversidad y las adaptaciones de los dinosaurios durante el período Cretácico tardío. También destaca la importancia de la investigación científica continua y el potencial de nuevos descubrimientos que puedan remodelar nuestra comprensión de estas antiguas criaturas.