Construcción de barreras físicas: Algunos países, como Estados Unidos y México, construyeron barreras físicas a lo largo de sus fronteras para disuadir la inmigración indocumentada. Estas barreras hicieron que fuera más difícil para las personas cruzar la frontera ilegalmente, pero también tuvieron la consecuencia no deseada de separar familias y comunidades.
Represión contra los inmigrantes indocumentados: Muchos países comenzaron a tomar medidas enérgicas contra los inmigrantes indocumentados, haciéndoles más difícil obtener estatus legal o permisos de trabajo. Esto hizo más difícil para los inmigrantes indocumentados permanecer en el país y obligó a muchos de ellos a regresar a sus países de origen.
Cambios en los requisitos de visa: Algunos países, como Estados Unidos, cambiaron sus requisitos de visa, lo que hizo más difícil para las personas de ciertos países obtener visas para ingresar al país. Esto hizo más difícil que la gente viniera al país a trabajar o estudiar, y también separó a familias y comunidades.
Sentimiento antiinmigrante: En algunos países, hubo un aumento del sentimiento antiinmigrante, lo que llevó a la discriminación y la violencia contra los inmigrantes indocumentados. Esto hizo más difícil para los inmigrantes indocumentados vivir en el país y obligó a muchos de ellos a regresar a sus países de origen.
La combinación de estos factores hizo más difícil para los inmigrantes indocumentados entrar y permanecer en Estados Unidos y otros países, lo que provocó una disminución de la inmigración latina a finales de la década de 2000.