Los minerales ricos en hierro en las rocas reaccionan con el oxígeno gaseoso en presencia de agua y forman nuevos compuestos de hierro, como óxidos e hidróxidos de hierro. Este proceso químico se conoce como oxidación u oxidación. La formación de estos nuevos compuestos de hierro hace que las rocas cambien de color, apareciendo rojas, marrones o amarillas. Estas formaciones rocosas a menudo indican áreas con abundante oxígeno y/o agua durante su época de formación en la historia geológica. La coloración rojiza se puede observar en diversas características geológicas y lugares de todo el mundo, sobre todo en paisajes dominados por arenisca y suelos ricos en hierro.