La investigación, dirigida por un equipo de la Universidad Curtin en Perth, Australia, examinó las formaciones de hierro, que son rocas sedimentarias formadas a partir de óxidos de hierro y otros minerales. Estas rocas son registradores sensibles de las condiciones ambientales antiguas, incluidos los niveles de oxígeno en la atmósfera.
Al analizar las formaciones de hierro, los investigadores encontraron evidencia de una producción significativa de oxígeno por parte de las cianobacterias fotosintéticas, que se remonta a hace unos 2.200 millones de años. Esto indica que los niveles de oxígeno ya eran sustanciales en ese momento, antes de lo que se pensaba.
El estudio cuestiona la opinión predominante de que el GOE ocurrió hace unos 2.400 millones de años. Más bien, sugiere que el aumento de oxígeno puede haber sido un proceso gradual, que comenzó hace 2.200 millones de años y continuó durante varios cientos de millones de años.
Esto tiene implicaciones importantes para comprender la evolución de la vida en la Tierra. La disponibilidad de oxígeno fue crucial para el desarrollo de la respiración aeróbica, que permitió que florecieran formas de vida más complejas y eficientes. La presencia temprana de oxígeno podría potencialmente retrasar el cronograma para el surgimiento de formas de vida complejas.
Los resultados de la investigación se publican en la revista Nature Geoscience.