1. Aportes excesivos de nutrientes:
La laguna del Mar Menor recibe una afluencia sustancial de nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo, de las actividades agrícolas en la cuenca circundante. A lo largo de los años, ha habido un aumento significativo de las prácticas agrícolas intensivas, como el uso excesivo de fertilizantes y estiércol, lo que ha provocado que la escorrentía rica en nutrientes llegue a la laguna. Además, la gestión inadecuada de las descargas de aguas residuales de las zonas urbanas ha exacerbado aún más el problema.
2. Eutrofización y proliferación de algas:
El aporte excesivo de nutrientes conduce a la eutrofización, un fenómeno caracterizado por una sobrecarga de nutrientes en la masa de agua. Esta afluencia promueve el rápido crecimiento y proliferación de algas microscópicas, conocidas como floraciones de algas. Las especies de fitoplancton, como las diatomeas y los dinoflagelados, prosperan en condiciones ricas en nutrientes, cubriendo la superficie del agua en densas capas, impidiendo que la luz solar llegue a los hábitats submarinos.
3. Agotamiento del oxígeno:
Las densas floraciones de algas bloquean la luz solar, impidiendo el crecimiento de plantas sumergidas y reduciendo la producción de oxígeno a través de la fotosíntesis. A medida que las algas mueren y se descomponen, consumen una cantidad significativa de oxígeno, lo que lleva al agotamiento del oxígeno en el agua. Este proceso, llamado hipoxia o anoxia, crea un ambiente hostil para los organismos marinos, asfixiando a muchas especies de peces y otras especies marinas.
4. Alteración del ecosistema:
La dinámica alterada de los nutrientes y el impacto resultante en los niveles de oxígeno alteran todo el ecosistema. Muchas especies marinas que dependen de agua clara y abundante oxígeno enfrentan importantes desafíos para su supervivencia. Especies de peces como la lubina, la dorada y diversas poblaciones de mariscos se han visto gravemente afectadas. La pérdida de biodiversidad y equilibrio ecológico degrada aún más la resiliencia y la capacidad de recuperación del ecosistema.
5. Decadencia de la laguna costera:
La contaminación por nutrientes ha provocado una disminución de la calidad, la claridad y la biodiversidad del agua, transformando la alguna vez prístina laguna del Mar Menor en una masa de agua turbia y sin vida. Esta crisis ambiental ha impactado significativamente el turismo, la pesca y otras industrias que dependen de la salud de la laguna. La economía local se ha visto afectada y la reputación de la región como destino turístico se ha visto empañada.
6. Fracaso de las políticas y preocupación pública:
La incapacidad de abordar eficazmente la contaminación por nutrientes ha generado importantes preocupaciones entre los ambientalistas y la comunidad local. A pesar de los pedidos de regulaciones más estrictas sobre las prácticas agrícolas y la gestión de aguas residuales, las autoridades han tardado en tomar medidas decisivas. Esta inacción ha alimentado el descontento público y las protestas, exigiendo mayores esfuerzos para proteger la laguna y restaurar su equilibrio ecológico.
Abordar la contaminación por nutrientes en la laguna del Mar Menor requiere un enfoque integral que incluya regular las prácticas agrícolas, mejorar el tratamiento de aguas residuales, implementar estrategias efectivas de manejo de nutrientes y fomentar la conciencia pública sobre el problema. Restaurar la salud de este importante ecosistema costero no sólo salvaguardará la biodiversidad marina sino que también contribuirá a la prosperidad económica de la región y mejorará el bienestar de la comunidad local.