Subsidencia o elevación :
- Durante un terremoto, el movimiento repentino de las placas tectónicas a lo largo de una falla puede provocar un desplazamiento vertical de la corteza terrestre debajo del océano. Si una porción significativa del fondo marino cae (se hunde) o se eleva (se eleva) abruptamente, puede desplazar un gran volumen de agua, generando un tsunami.
Deslizamientos de tierra submarinos :
- Los grandes terremotos pueden provocar deslizamientos de tierra submarinos masivos, especialmente en zonas con pendientes pronunciadas o cañones submarinos. Estos deslizamientos de tierra pueden desplazar el agua e iniciar olas de tsunami.
Deformación del fondo marino :
- Las sacudidas del suelo y la energía sísmica liberadas por un terremoto pueden provocar deformaciones y alteraciones de la topografía del fondo marino. Estas perturbaciones pueden alterar el equilibrio de la columna de agua y provocar la formación de tsunamis.
Las características del tsunami resultante dependen de varios factores, incluida la magnitud del terremoto, la extensión y naturaleza del desplazamiento del fondo marino y la topografía submarina de la región.
Una vez generado, un tsunami se propaga como una serie de olas que viajan a través del océano a altas velocidades, superando a menudo los 500 kilómetros por hora (300 millas por hora) en aguas profundas. A medida que estas olas se acercan a la costa, encuentran aguas menos profundas y disminuyen su velocidad, lo que hace que aumente la altura de las olas. Este aumento de altura, combinado con la inmensa energía que transportan las olas, provoca el impacto destructivo de los tsunamis en las zonas costeras.