"Encontramos que los meteoritos que tienen más de 10 centímetros de diámetro tienen más probabilidades de ser esféricos, mientras que los meteoritos más pequeños tienen más probabilidades de tener una forma irregular", dijo la autora principal, la Dra. Ashley King de la Universidad de Chicago. "Esto se debe a que los meteoritos más grandes experimentan un mayor calentamiento aerodinámico durante su entrada en la atmósfera terrestre, lo que hace que se derritan y se vuelvan más esféricos".
La composición de un meteorito también influye en su forma. Los meteoritos ricos en hierro y níquel tienen más probabilidades de ser esféricos, mientras que los meteoritos ricos en piedra tienen más probabilidades de tener una forma irregular. Esto se debe a que el hierro y el níquel se derriten más fácilmente que la piedra, por lo que los meteoritos ricos en estos elementos tienen más probabilidades de volverse esféricos cuando experimentan calentamiento aerodinámico.
Finalmente, las condiciones que experimenta un meteorito durante su recorrido por la atmósfera terrestre también pueden afectar su forma. Los meteoritos que ingresan a la atmósfera en un ángulo poco profundo tienen más probabilidades de ser esféricos, mientras que los meteoritos que ingresan a la atmósfera en un ángulo pronunciado tienen más probabilidades de tener una forma irregular. Esto se debe a que los meteoritos que ingresan a la atmósfera en un ángulo poco profundo experimentan un mayor calentamiento aerodinámico, lo que hace que se derritan y se vuelvan más esféricos.
El nuevo estudio proporciona una mejor comprensión de los factores que determinan la forma de los meteoritos. Esta información se puede utilizar para ayudar a identificar meteoritos y aprender más sobre las condiciones que experimentan durante su viaje a través de la atmósfera terrestre.
Además de los factores comentados anteriormente, la forma de un meteorito también puede verse influenciada por su estructura interna. Por ejemplo, es más probable que los meteoritos que contienen cristales grandes o huecos tengan una forma irregular, mientras que los meteoritos que están compuestos de material de grano fino tienen más probabilidades de ser esféricos.
La forma de un meteorito también puede proporcionar pistas sobre su origen. Por ejemplo, es más probable que los meteoritos de forma esférica se hayan originado en el cinturón de asteroides, mientras que los meteoritos de forma irregular es más probable que se hayan originado en la Luna o Marte.
Al estudiar la forma de los meteoritos, los científicos pueden aprender más sobre su origen, composición y las condiciones que experimentan durante su viaje a través de la atmósfera terrestre.