La deformación causada por un terremoto se puede medir mediante una variedad de técnicas, incluido el uso de sismómetros (que registran ondas sísmicas), GPS (que mide la posición de puntos en la superficie de la Tierra) e InSAR (que usa radar para medir la deformación del suelo). .
Una forma en que los terremotos pueden deformar la gravedad es cambiando la densidad de las rocas en el área afectada. Cuando las rocas se fracturan, su densidad disminuye, lo que puede hacer que el campo de gravedad en el área también disminuya. Esto se puede medir utilizando gravímetros, que miden la aceleración de la gravedad.
Otra forma en que los terremotos pueden deformar la gravedad es cambiando la forma de la superficie de la Tierra. Cuando el suelo se mueve durante un terremoto, puede hacer que la superficie de la Tierra se abulte o se hunda, lo que puede cambiar el campo de gravedad en el área. Esto se puede medir utilizando gradiómetros de gravedad, que miden el gradiente del campo de gravedad.
La deformación de la gravedad por los terremotos puede utilizarse para estudiar la estructura y dinámica del interior de la Tierra. Al medir la deformación causada por los terremotos, los científicos pueden aprender sobre la distribución de la densidad dentro de la Tierra, los mecanismos de ruptura de los terremotos y los procesos que los provocan. Esta información se puede utilizar para comprender mejor los peligros asociados con los terremotos y desarrollar estrategias para mitigar estos peligros.