Mayor sensibilidad a las vibraciones: Los animales pueden tener órganos sensoriales más sensibles que les permitan captar vibraciones sutiles u ondas infrasonidas emitidas antes o durante un terremoto.
Campo electromagnético: Según algunos estudios, los animales pueden sentir cambios en el campo electromagnético de la Tierra, que pueden ocurrir antes de un terremoto.
Presión barométrica: Algunos animales pueden detectar cambios en la presión atmosférica asociados con la actividad sísmica, aunque la evidencia científica al respecto es limitada.
Cambios de comportamiento: Los animales pueden exhibir comportamientos inusuales, como inquietud o agitación, antes de un terremoto. Esta podría ser su forma de responder a señales sutiles que perciben.
Comportamiento colectivo: En algunos casos, se ha observado que un gran número de animales, como pájaros, insectos o peces, demuestran un comportamiento colectivo inusual antes de un terremoto. Se cree que este comportamiento es el resultado de su sensibilidad compartida a las señales sísmicas.
Es importante señalar que no todos los animales exhiben esta capacidad y aún no se comprenden completamente los mecanismos precisos implicados. Sin embargo, la posibilidad de que los animales puedan poseer un sistema de alerta temprana de terremotos es un área de investigación en curso y podría conducir a enfoques innovadores para la mitigación del riesgo de terremotos.