Adivinación: Las doce caras del dodecaedro podrían haberse usado para representar diferentes meses o signos del zodíaco, y sus veinte aristas podrían haberse usado para representar diferentes días u otras unidades de tiempo. Esto lo habría convertido en una herramienta útil para la adivinación o la adivinación, ya que el usuario podría hacer rodar el dodecaedro y consultar la cara o el borde resultante para hacer predicciones sobre el futuro.
Piezas del juego: La forma regular del dodecaedro y sus múltiples caras también lo hacen adecuado para su uso como pieza de juego. Podría haberse utilizado en una variedad de juegos, como dados o juegos de rodar, o como ficha en un juego de mesa.
Decoración: La hermosa forma del dodecaedro y sus diseños a menudo intrincados lo habrían convertido en un objeto atractivo para poseer y exhibir. Pudo haber sido utilizado como adorno en una casa o en un templo, o como elemento decorativo en joyería o ropa.
Objeto religioso o simbólico: Las doce caras y las veinte aristas del dodecaedro también podrían haber estado investidas de significados religiosos o simbólicos. Por ejemplo, se podría haber visto que las doce caras representaban las doce tribus de Israel o los doce apóstoles, mientras que se podría haber visto que los veinte bordes representaban los veinte días del calendario judío o las veinte letras del alfabeto griego.
En última instancia, el propósito preciso del dodecaedro romano sigue siendo un misterio. Investigaciones y descubrimientos adicionales pueden ayudar a arrojar luz sobre su uso y significado exactos en la antigua cultura romana.