Los lagartos, como todos los seres vivos, emiten radiación infrarroja como un subproducto de sus procesos metabólicos. Esta radiación aleja el calor del cuerpo del lagarto y hacia el entorno circundante. Esto es especialmente importante para los lagartos cuando necesitan enfriarse, ya que son ectotermas (sangre fría) y confían en fuentes externas de calor.