* energía solar: El sol proporciona energía a la superficie de la tierra, calentando el aire y el agua.
* Evaporación: Este calor hace que el agua se evapore de los océanos, lagos y ríos, convirtiéndolo en vapor de agua en la atmósfera.
* Convección: El aire cálido y húmedo aumenta, creando áreas de baja presión. El aire más frío y seco se apresura a reemplazarlo, creando áreas de alta presión. Esta diferencia en la presión impulsa los vientos y crea el movimiento del aire que alimenta las tormentas.
* condensación: A medida que el aire cálido y húmedo se enfría y se enfría, el vapor de agua se condensa en agua líquida, liberando el calor (calor latente) a la atmósfera. Este calor alimenta aún más el desarrollo y la intensidad de la tormenta.
Diferentes tipos de tormentas tienen fuentes de energía específicas:
* tormentas eléctricas: Impulsado por el rápido calentamiento del aire a partir de la luz solar, creando fuertes corrientes ascendentes y obras descendentes.
* huracanes: Impulsado por las cálidas aguas oceánicas, que proporcionan la humedad y el calor necesarios para su formación e intensificación.
* Tornados: Si bien los mecanismos exactos aún se están estudiando, se cree que los tornados están alimentados por la interacción entre las fuertes corrientes ascendentes y las corrientes descendentes dentro de las tormentas eléctricas, creando una columna giratoria de aire.
En esencia, la energía del sol impulsa todo el sistema meteorológico, desde la creación de corrientes de aire hasta la liberación de calor durante la condensación. Esta energía, en última instancia, es la fuerza impulsora detrás de todo tipo de tormentas.