La mayor parte del oxígeno de la atmósfera terrestre proviene de la fotosíntesis realizada por plantas y algas. Durante la fotosíntesis, las plantas y las algas utilizan la luz solar para convertir el dióxido de carbono y el agua en glucosa y oxígeno. El oxígeno producido como subproducto se libera a la atmósfera. Se estima que alrededor del 20% del oxígeno de la atmósfera proviene de la fotosíntesis, y el 80% restante proviene de la desgasificación de la corteza y el manto terrestres.