Uno de los efectos más evidentes del agua corriente es la erosión. A medida que el agua fluye sobre el suelo, puede arrastrar tierra y sedimentos. Esto puede conducir a la formación de barrancos, cañones y otras características erosivas. La erosión también puede ser un problema para la agricultura, ya que puede arrastrar valiosa capa superficial del suelo.
Cuando el agua corriente disminuye, puede depositar sus sedimentos. Esto puede conducir a la formación de nuevos accidentes geográficos, como deltas, bancos de arena y llanuras aluviales. La deposición también puede ser beneficiosa para la agricultura, ya que puede proporcionar suelo fértil para los cultivos.
El agua corriente también puede provocar la erosión de rocas y minerales. Este es el proceso mediante el cual las rocas y minerales se descomponen en pedazos más pequeños. La meteorización puede ser causada por el impacto físico del agua, así como por las reacciones químicas que ocurren entre el agua y los minerales.
El agua corriente puede crear nuevos hábitats para plantas y animales. Por ejemplo, la creación de nuevos humedales puede proporcionar un hogar para una variedad de plantas y animales adaptados a vivir en ambientes húmedos.
Las cascadas son una vista hermosa e impresionante. Se forman cuando el agua fluye por un acantilado empinado u otro desnivel. Las cascadas pueden ser una fuente de energía hidroeléctrica y también pueden ser una atracción turística.
El agua corriente es una poderosa fuerza de cambio en la Tierra. Puede dar forma al paisaje, crear nuevos hábitats y proporcionar una variedad de beneficios para los humanos y la vida silvestre.