Por ejemplo, considere dos piezas de madera, una que es densa y otra que es menos densa. La pieza de madera densa tendrá una velocidad de combustión más lenta porque hay menos espacio de aire entre las partículas de madera. Esto significa que hay menos oxígeno disponible para que se produzca la reacción de combustión, lo que conduce a una velocidad de combustión más lenta.
La densidad de un material también puede afectar la temperatura a la que arde. Los materiales más densos tienden a arder a una temperatura más alta que los materiales menos densos. Esto se debe a que los materiales más densos tienen una mayor conductividad térmica, lo que significa que pueden transferir calor más rápidamente. Como resultado, el calor de la reacción de combustión se distribuye de manera más uniforme por todo el material, lo que conduce a una temperatura más alta.
Además de la densidad del material, la velocidad de combustión también puede verse afectada por otros factores como el contenido de humedad del material, el área de superficie del material y el entorno circundante.