Sin embargo, es importante tener en cuenta que la conductividad eléctrica de la gasolina puede variar dependiendo de ciertos factores como la temperatura, las impurezas y los aditivos. En condiciones normales, la gasolina pura es un mal conductor de la electricidad. Sin embargo, si la temperatura de la gasolina aumenta significativamente o si se introducen determinadas impurezas o aditivos, su conductividad puede cambiar.
Por ejemplo, cuando la gasolina se utiliza como combustible en motores de combustión interna, se quema y produce diversos gases y vapores. Algunos de estos productos de la combustión, como las partículas de carbón, pueden aumentar potencialmente la conductividad de la gasolina. Además, si el agua u otras sustancias polares contaminan la gasolina, su conductividad eléctrica también puede aumentar.
En equipos o sistemas eléctricos donde la presencia de líquidos o vapores conductores pueda suponer un riesgo, es importante evitar el uso de gasolina o tomar las precauciones de seguridad adecuadas para minimizar el riesgo de peligros eléctricos.