Cuando se retira la fuente de calor y se deja que el vidrio derretido se enfríe, las moléculas de vidrio pierden energía, lo que hace que se ralenticen y adquieran una estructura cristalina regular. Este proceso de pérdida y reorganización de energía es lo que lleva al vidrio a solidificarse nuevamente a su forma sólida original.
La transferencia de energía durante este proceso implica el movimiento de calor desde la fuente de calor al vidrio y luego de regreso al entorno durante el enfriamiento. Este flujo de energía térmica provoca el cambio de fase del vidrio de sólido a líquido y luego de nuevo a sólido.