Los combustibles son materiales que contienen energía almacenada que puede utilizarse para diversos fines, como impulsar vehículos, generar electricidad o proporcionar calor. Si bien muchos combustibles como la gasolina, el diésel, el gas natural y el carbón son formas de energía química, algunos combustibles se clasifican como energía nuclear o incluso energía potencial.
Por ejemplo, el uranio utilizado en reacciones nucleares es un combustible, pero depende de la energía nuclear almacenada dentro de sus núcleos atómicos. De manera similar, algunas centrales hidroeléctricas utilizan la energía potencial almacenada en el agua detrás de las represas para generar electricidad sin combustión ni reacciones químicas.