La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado directrices sobre el ruido comunitario, que establecen límites recomendados para los niveles de ruido para proteger la salud pública. La OMS recomienda un nivel sonoro medio máximo de 45 dBA para el ruido nocturno en zonas residenciales, y un nivel sonoro medio máximo de 35 dBA para el ruido nocturno en zonas donde las personas son especialmente sensibles al ruido, como hospitales y escuelas.
Algunos estudios han encontrado que las turbinas eólicas pueden generar niveles de ruido que exceden estos límites recomendados, particularmente en áreas donde las turbinas están ubicadas cerca de áreas residenciales. Sin embargo, es importante señalar que la percepción del ruido y sus posibles impactos en la salud pueden verse influenciados por una variedad de factores, incluida la sensibilidad individual, los niveles de ruido de fondo en el área y el diseño y operación de las turbinas eólicas.
En general, la evidencia sobre los posibles impactos negativos para la salud de vivir cerca de turbinas eólicas aún es limitada y no concluyente. Se necesitan más investigaciones para comprender mejor los efectos potenciales del ruido de las turbinas eólicas en la salud humana y desarrollar estrategias de mitigación efectivas para minimizar cualquier posible impacto adverso.