El estudio, dirigido por el Dr. Piers Forster de la Universidad de Leeds en el Reino Unido, utilizó un modelo climático para simular los efectos de diferentes escenarios de producción mundial de petróleo sobre el cambio climático. Los escenarios incluían un escenario en el que todo sigue igual, en el que la producción de petróleo sigue creciendo, y un escenario en el que la producción de petróleo alcanza su punto máximo en 2030 y luego disminuye.
Los resultados del estudio mostraron que un pico en la producción mundial de petróleo podría conducir a una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero. Para 2050, las emisiones podrían ser hasta un 25% más bajas que en el escenario habitual. Esta reducción de las emisiones ayudaría a frenar el ritmo del calentamiento global y reduciría el riesgo de impactos relacionados con el clima, como el aumento del nivel del mar, los fenómenos meteorológicos extremos y la pérdida de biodiversidad.
Además de los beneficios climáticos, el estudio también encontró que un pico en la producción de petróleo podría generar una serie de beneficios económicos. Por ejemplo, la reducción de los precios del petróleo podría conducir a una menor inflación y un mayor crecimiento económico. Además, el abandono del petróleo podría crear nuevos puestos de trabajo en las industrias de energía limpia.
El estudio concluye que un pico en la producción mundial de petróleo podría proporcionar una serie de beneficios, incluida la reducción del cambio climático, la mejora de la calidad del aire y el impulso de la economía. Los hallazgos del estudio sugieren que los gobiernos deberían tomar medidas para fomentar un pico en la producción de petróleo y apoyar la transición a fuentes de energía limpia.