Estados Unidos ha acusado a China de prácticas comerciales desleales, argumentando que el gobierno de China subsidia para promover sus exportaciones, lo que resulta en un desequilibrio comercial sustancial a favor de China.
Preocupaciones de seguridad nacional:
Estados Unidos considera que el avance tecnológico de China en varias áreas, como la inteligencia artificial (IA) y las redes 5G, son amenazas potenciales a la seguridad. La preocupación es que China pueda utilizar la tecnología con fines militares.
Robo de propiedad intelectual:
Estados Unidos alega que China se dedica a un robo generalizado de propiedad intelectual, lo que provoca pérdidas a empresas e individuos estadounidenses por valor de miles de millones de dólares.
Restricciones de acceso al mercado:
Estados Unidos sostiene que China restringe el acceso de las empresas extranjeras a su mercado interno al tiempo que presiona por un acceso igualitario al mercado estadounidense.
Diferencias en los sistemas políticos:
Estados Unidos es un país democrático, mientras que China es un estado comunista de partido único. Estas diferencias políticas fundamentales afectan sus enfoques sobre el comercio y la tecnología.
Demandas de transferencia de tecnología:
Estados Unidos percibe los requisitos de China para la transferencia de tecnología como coercitivos y perjudiciales para los derechos de propiedad intelectual de las empresas estadounidenses.
Rivalidad estratégica:
A medida que China emergió como potencia global, comenzó a competir con Estados Unidos por influencia y liderazgo. Esta rivalidad se extiende a las esferas geopolítica, comercial y tecnológica.