Varios estudios han demostrado el poderoso impacto del olor en los recuerdos de los productos de los consumidores. Por ejemplo, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California, Berkeley, encontró que los participantes que estuvieron expuestos a un olor particular mientras estudiaban para una prueba obtuvieron mejores resultados en una prueba de memoria cuando fueron expuestos nuevamente al mismo olor durante la prueba. Esto sugiere que los olores pueden servir como señales de memoria, mejorando el recuerdo de información o experiencias.
En el contexto de los productos de consumo, los aromas pueden crear una experiencia de marca memorable y distintiva. Por ejemplo, ciertos aromas pueden asociarse con marcas de lujo, mientras que otros pueden evocar una sensación de nostalgia o familiaridad. Cuando los consumidores vuelven a encontrar estos aromas, pueden recordar recuerdos o sentimientos positivos relacionados con la marca o el producto, lo que lleva a una mayor lealtad y preferencia por la marca.
El marketing olfativo, que implica el uso de aromas específicos para influir en el comportamiento del consumidor y crear una imagen de marca positiva, es comúnmente empleado por empresas de diversas industrias. Los minoristas, hoteles e incluso centros sanitarios utilizan aromas para crear la atmósfera deseada, mejorar la experiencia del cliente e influir en las decisiones de compra.
Además, los olores pueden tener un impacto psicológico y emocional en los consumidores, influyendo en sus percepciones y comportamientos. Por ejemplo, ciertos aromas pueden inducir a la relajación, mientras que otros pueden estimular la energía o la excitación. Al aprovechar el poder del aroma, las empresas pueden crear experiencias multisensoriales que atraigan a los consumidores a un nivel más profundo, lo que genera mejores recuerdos del producto y recuerdo de la marca.