2. Experiencia en tecnología: El candidato ideal debe tener un conocimiento profundo de las tendencias tecnológicas y la industria del software. Deben poseer una visión del futuro de la tecnología y de cómo Microsoft puede seguir innovando y liderando la era digital.
3. Visión para los negocios: El próximo director ejecutivo debe tener una sólida visión para los negocios y financiera. Deberían poder gestionar las finanzas de la empresa de forma eficaz, tomar decisiones de inversión acertadas e impulsar el crecimiento de los ingresos.
4. Experiencia en computación en la nube: Dada la importancia de la computación en la nube para el futuro de Microsoft, el próximo CEO debería tener experiencia y conocimientos en tecnologías y servicios basados en la nube.
5. Mentalidad global: Microsoft opera en un mercado global. El próximo director ejecutivo debería tener una mentalidad global y comprender los matices de las diferentes culturas y entornos empresariales.
6. Habilidades de comunicación: La capacidad de comunicarse eficazmente con empleados, accionistas, clientes y medios de comunicación es crucial. El próximo CEO debería ser un comunicador fuerte que pueda articular claramente la visión y estrategia de Microsoft.
7. Adaptabilidad e Innovación: La industria de la tecnología evoluciona constantemente, por lo que el próximo director ejecutivo debe ser adaptable y estar dispuesto a aceptar el cambio. Deberían fomentar una cultura de innovación y estar abiertos a nuevas ideas.
8. Experiencia en Desarrollo de Software: Tener experiencia en desarrollo de software o una comprensión profunda del proceso de desarrollo de software sería beneficioso para liderar una empresa que crea principalmente productos de software.
9. Concienciación sobre ciberseguridad: Dada la creciente importancia de la ciberseguridad en la era digital, el próximo director ejecutivo debería tener un sólido conocimiento de los riesgos y estrategias de ciberseguridad.
10. Enfoque de sostenibilidad: Microsoft ha hecho de la sostenibilidad una parte clave de su misión. El próximo director ejecutivo debería compartir este compromiso y tener una visión de cómo la empresa puede seguir operando de manera sostenible.