Si bien los departamentos de policía han utilizado ampliamente las cámaras corporales durante varios años, las cámaras de armas son una tecnología relativamente nueva. Los defensores de las cámaras montadas en armas argumentan que pueden proporcionar un registro más preciso y objetivo de las interacciones de los oficiales que las cámaras corporales, ya que capturan imágenes desde la perspectiva del oficial. Además, las cámaras de armas se pueden utilizar para grabar ejercicios de entrenamiento de oficiales y pueden ayudar a identificar áreas donde los oficiales necesitan instrucción o apoyo adicional.
Sin embargo, también existen preocupaciones sobre el uso de cámaras montadas en armas. Algunos críticos argumentan que los dispositivos podrían usarse para intimidar a los ciudadanos o para recolectar pruebas que podrían usarse en su contra en los tribunales. Además, existen preocupaciones sobre las implicaciones para la privacidad de grabar imágenes de las armas de los agentes.
A pesar de estas preocupaciones, un número cada vez mayor de departamentos de policía de Estados Unidos utilizan cámaras montadas en armas. En 2021, el Departamento de Policía de Los Ángeles inició un programa piloto con cámaras montadas en armas y el Departamento de Policía de Baltimore anunció planes para comprar e implementar 500 cámaras corporales. Otros departamentos, incluidos el Departamento de Policía de Nueva York y el Departamento de Policía de Chicago, están evaluando actualmente el uso de cámaras montadas en armas.
El uso de cámaras montadas en armas es un tema controvertido y no hay consenso sobre si son o no una herramienta valiosa para las fuerzas del orden. Sin embargo, a medida que más departamentos de policía experimenten con estos dispositivos, es probable que aprendamos más sobre su efectividad y los posibles inconvenientes de su uso.