1. Fuertes fuerzas electrostáticas:
Los compuestos iónicos se mantienen unidos por fuertes fuerzas electrostáticas entre los iones cargados opuestos. Estas fuerzas son muy fuertes y crean una estructura de red rígida y tridimensional.
2. Estructura ordenada:
Los iones en un compuesto iónico están dispuestos en una estructura cristalina altamente ordenada. Esta estructura minimiza la repulsión electrostática entre iones de la misma carga y maximiza la atracción entre iones cargados de manera opuesta.
3. Falta de electrones libres:
Los compuestos iónicos no tienen electrones libres. Esto significa que no pueden deformarse o fluir fácilmente bajo presión, ya que no hay portadores de carga móvil para facilitar el movimiento.
4. Naturaleza frágil:
Cuando se aplica una fuerza externa a un cristal iónico, los iones se desplazan de sus posiciones de equilibrio. Este desplazamiento rompe los fuertes enlaces electrostáticos, lo que lleva a una fractura a lo largo de planos específicos de debilidad en la red de cristal. La naturaleza frágil surge porque los fuertes enlaces iónicos resisten la flexión o el estiramiento, y la interrupción de estos enlaces conduce a una fractura repentina en lugar de una deformación gradual.
5. Puntos de fusión y hirviendo altos:
Las fuertes fuerzas electrostáticas entre los iones requieren mucha energía para superar, lo que resulta en altos puntos de fusión y ebullición para la mayoría de los compuestos iónicos.
En resumen: Las fuertes fuerzas electrostáticas entre los iones, la estructura cristalina ordenada y la falta de electrones libres contribuyen a la naturaleza sólida y frágil de los compuestos iónicos a temperatura ambiente.