1. Movimiento molecular:
* Temperatura más alta: A temperaturas más altas, las moléculas se mueven más rápido. Esto significa que la enzima y su sustrato chocan con más frecuencia y con mayor fuerza, aumentando las posibilidades de unión y reacción exitosas.
* Temperatura más baja: A temperaturas más bajas, las moléculas se mueven más lentamente. Esto reduce la frecuencia y la fuerza de las colisiones entre la enzima y el sustrato. Como resultado, la velocidad de unión y reacción disminuye.
2. Estructura enzimática:
* Temperatura óptima: Las enzimas tienen una temperatura óptima a la que funcionan de manera más eficiente. Esta temperatura permite la forma y flexibilidad adecuadas del sitio activo de la enzima, que es crucial para la unión del sustrato.
* Temperaturas más bajas: A medida que las temperaturas caen por debajo del óptimo, las moléculas enzimáticas comienzan a perder su forma óptima. El sitio activo puede volverse menos accesible o menos efectivo para vincular el sustrato. Este cambio estructural puede reducir significativamente la velocidad de la reacción.
Consideraciones importantes:
* congelación: Las temperaturas de congelación pueden causar daño irreversible a la estructura enzimática, inactivándolas efectivamente.
* desnaturalización: Las temperaturas extremadamente altas pueden desnaturalizar las enzimas, lo que hace que se desarrollen y pierdan su forma funcional. Esto es irreversible.
En resumen:
La disminución de la temperatura ralentiza las reacciones catalizadas por enzimas principalmente debido a la frecuencia reducida y la fuerza de las colisiones entre la enzima y su sustrato, y potencialmente debido a cambios en la estructura de la enzima que hacen que el sitio activo sea menos efectivo.