He aquí por qué:
* Alto coeficiente de expansión térmica: El mercurio se expande significativamente cuando se calienta, lo que lo hace ideal para medir con precisión los cambios de temperatura.
* alta densidad: El mercurio es denso, lo que permite que una bombilla relativamente pequeña contenga un gran volumen del metal. Esto hace que el termómetro sea más sensible a los cambios de temperatura.
* Buena conductividad térmica: El mercurio transfiere el calor de manera eficiente, asegurando que la temperatura del metal refleje rápidamente la temperatura del entorno circundante.
* Visible y fácil de leer: Mercurio es un líquido brillante, lo que hace que sea fácil de ver y leer el nivel dentro del tubo del termómetro.
Sin embargo, debido a su toxicidad, los termómetros de mercurio se están eliminando en muchos países y reemplazados por alternativas como termómetros a base de alcohol.