* Punto de ebullición: El punto de ebullición es la temperatura a la que la presión de vapor de un líquido es igual a la presión atmosférica circundante, lo que permite que el líquido cambie en un gas rápidamente.
* Se requiere energía: Las moléculas en un líquido se mueven constantemente y se topan entre sí. Para la transición a un gas, estas moléculas necesitan superar las fuerzas atractivas que las mantienen juntas en el estado líquido. Esto requiere una entrada de energía para aumentar su energía cinética y permitirles escapar a la fase gaseosa.
Sin embargo, hay formas de lograr un efecto similar:
* Bajo la presión: Si reduce la presión por encima del líquido, el punto de ebullición disminuirá. Esto se debe a que la presión de vapor del líquido debe superar una presión externa más baja para comenzar a hervir. Piense en cómo el agua hierve más rápidamente a altitudes más altas donde la presión atmosférica es menor.
* Evaporación al vacío: Al crear un vacío por encima del líquido, puede eliminar la presión de aire, permitiendo que el líquido se evapore a una temperatura más baja que su punto de ebullición normal.
* sublimación: Algunas sustancias pueden hacer la transición directamente de sólido a gas sin pasar por una fase líquida. Esto se llama sublimación, y no requiere que la sustancia alcance su punto de ebullición. Un ejemplo es el hielo seco (dióxido de carbono sólido).
En esencia, si bien no puede cambiar un líquido a un gas por debajo de su punto de ebullición sin agregar energía, puede manipular el entorno para lograr resultados similares reduciendo la presión o utilizando un proceso como la sublimación.