1. Esquisto: Con un mayor calor y presión, la filita puede transformarse en esquisto. El esquisto tiene una foliación (capas) más pronunciada que la filita, y los minerales dentro son más grandes y más fácilmente identificables.
2. Gneiss: Con un calor y presión aún más intensos, el esquisto puede transformarse aún más en gneis. Gneiss tiene una apariencia con bandas con capas alternas de luz y oscuras de minerales.
3. Migmatita: A temperaturas extremadamente altas, los gneis pueden derretirse parcialmente, creando una mezcla de material metamórfico e ígneo llamado migmatita.
Es importante recordar que la transformación exacta depende de varios factores como:
* La composición original de la filita: Diferentes minerales reaccionan de manera diferente al calor y la presión.
* Las condiciones de presión y temperatura: Las temperaturas y presiones más altas conducen a un metamorfismo más intenso.
* La presencia de fluidos: Los fluidos pueden actuar como catalizadores, acelerando el proceso metamórfico.
Entonces, si bien la filita puede convertirse en esquisto, gneis e incluso migmatita, el resultado específico está determinado por las condiciones específicas del entorno metamórfico.