Así es como funcionan:
1. Iniciación: El proceso comienza con la formación de radicales libres. Esto puede suceder debido a las altas temperaturas, la exposición a la luz o la presencia de un catalizador. Por ejemplo, en una reacción de combustión, el calor rompe las moléculas de combustible, creando radicales libres.
2. Propagación: Una vez formados, los radicales libres reaccionan con otras moléculas, rompiéndolas y produciendo más radicales libres en el proceso. Esta es una reacción en cadena que mantiene la combustión.
3. Terminación: La combustión finalmente se detiene cuando los radicales libres se encuentran entre sí y se recombinan, formando moléculas estables y terminando la reacción en cadena.
Ejemplo:
Consideremos la combustión de metano (CH4) con oxígeno (O2):
* Iniciación: El calor rompe la molécula de O2 en dos radicales libres de oxígeno (• O).
* Propagación: • O reacciona con CH4 para formar un radical metilo (• CH3) y un radical hidroxilo (• OH). Estos radicales reaccionan aún más con O2, produciendo más radicales y liberando energía.
* terminación: Los radicales finalmente se encuentran entre sí y se recombinan, formando moléculas estables como CO2 y H2O, deteniendo así el proceso de combustión.
Por lo tanto, los radicales libres juegan un papel crucial en la combustión al iniciar una reacción en cadena que propaga la reacción, lo que lleva a la liberación de energía y la formación de productos de combustión.
Nota importante: Los radicales libres no solo son importantes en la combustión. También juegan un papel en otras reacciones químicas y procesos biológicos. En algunos contextos, pueden ser dañinos, contribuyendo al envejecimiento y la enfermedad.