1. Formación de lluvia ácida:
- Las emisiones de dióxido de azufre interactúan con el vapor de agua y el oxígeno de la atmósfera para formar compuestos ácidos.
- Estos compuestos ácidos (ácido sulfúrico y ácido sulfuroso) contribuyen a la formación de lluvia ácida.
2. Reacción con Materiales de Construcción:
- La naturaleza ácida del dióxido de azufre y la lluvia ácida provoca reacciones químicas directas con los materiales de construcción.
- La piedra caliza (carbonato de calcio) y el mármol (carbonato de calcio y magnesio) reaccionan con los ácidos, provocando la disolución de los minerales.
3. Erosión y Meteorización:
- La reacción química produce la erosión y la erosión de estos materiales, provocando que las superficies se vuelvan picadas y ásperas.
- Con el tiempo, esto debilita la estructura y provoca el deterioro y deterioro del exterior del edificio.
4. Decoloración:
- El dióxido de azufre también puede provocar la decoloración de las superficies de los edificios.
- La reacción entre el dióxido de azufre y la humedad forma sulfatos, que aparecen como costras o manchas oscuras en las fachadas de los edificios.
5. Daño Estructural:
- En casos extremos, la exposición continuada al dióxido de azufre puede provocar daños estructurales graves.
- La piedra y el mortero debilitados pueden desmoronarse y desprenderse, comprometiendo la estabilidad y seguridad del edificio.
El impacto del dióxido de azufre en los edificios varía según varios factores, como la concentración del gas, el tipo y composición de los materiales de construcción y las condiciones climáticas predominantes en la región. Sin embargo, sigue siendo una preocupación importante para la preservación de monumentos históricos, sitios del patrimonio cultural y monumentos arquitectónicos en todo el mundo.