La meteorización química es más activa en climas cálidos y húmedos, donde hay abundante agua y altas temperaturas. Esto se debe a que el agua y el calor aceleran las reacciones químicas que descomponen las rocas y los minerales. Además, las plantas liberan ácidos que ayudan a disolver las rocas y la presencia de materia orgánica en el suelo también puede contribuir a la meteorización química.