Emisión de contaminantes:
- Las industrias, centrales eléctricas y vehículos emiten contaminantes como dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) a la atmósfera durante la combustión de combustibles fósiles.
- El SO2 se emite principalmente en actividades industriales como la fundición de metales, la generación de energía y el refinado de petróleo, mientras que el NOx proviene de la quema de combustibles en vehículos y centrales eléctricas.
Formación de compuestos ácidos:
- En la atmósfera, el SO2 y el NOx sufren reacciones químicas con radicales hidroxilo (OH) y oxígeno (O2) para formar trióxido de azufre (SO3) y dióxido de nitrógeno (NO2), respectivamente.
- El SO3 y el NO2 reaccionan aún más con el vapor de agua (H2O) para formar ácido sulfúrico (H2SO4) y ácido nítrico (HNO3). Estos ácidos se disuelven en el agua de lluvia y producen lluvia ácida.
Cambios químicos en las nubes:
- Los compuestos ácidos como el H2SO4 y el HNO3 se condensan y forman pequeñas gotas que constituyen las nubes.
- Los ácidos disueltos acidifican estas nubes, alterando su composición química y su pH.
Precipitación ácida:
- Cuando estas nubes ácidas encuentran condiciones que provocan precipitaciones, como lluvia, nieve, niebla o aguanieve, los ácidos disueltos se liberan al medio ambiente.
- La precipitación resultante se convierte en "lluvia ácida" o "deposición ácida", caracterizada por un pH por debajo del rango normal que se encuentra en la lluvia natural.
La lluvia ácida contiene niveles nocivos de ácidos sulfúrico y nítrico que pueden tener consecuencias ambientales de gran alcance. Afecta negativamente a los ecosistemas acuáticos, provocando daños a las poblaciones de peces y obstaculizando el crecimiento de las plantas. También deteriora edificios, puentes, monumentos y sitios de patrimonio cultural hechos de piedra caliza o mármol, provocando corrosión y debilitamiento estructural.