La contaminación del aire es causada principalmente por la quema de combustibles fósiles. Cuando se queman combustibles fósiles, se liberan contaminantes nocivos como monóxido de carbono, dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, así como partículas a la atmósfera. Estos contaminantes pueden contribuir a una variedad de problemas de salud, incluidas enfermedades respiratorias, cardíacas y cáncer.