La presencia de sales disueltas confiere al agua de mar su característico sabor salado y su alta densidad en comparación con el agua dulce. La salinidad del agua de mar generalmente se mide en partes por mil (ppt) y varía según la ubicación, la evaporación, las precipitaciones y los aportes de agua dulce de ríos y glaciares. La salinidad promedio del agua del océano es de aproximadamente 35 ppt, lo que significa que hay alrededor de 35 gramos de sales disueltas en cada kilogramo de agua de mar.
Las sales disueltas en los ecosistemas marinos desempeñan funciones vitales en el mantenimiento del equilibrio ecológico y el apoyo a los diversos organismos que habitan estos entornos. Influyen en la densidad del agua, afectan la flotabilidad de los organismos marinos, regulan la presión osmótica y proporcionan nutrientes esenciales para diversas especies. Las intrincadas interacciones entre las sales disueltas y otros factores físicos y biológicos dan forma a las características únicas y la biodiversidad de los ecosistemas marinos.