Ósmosis: Las moléculas de agua del vaso de precipitados se moverán hacia el saco de membrana mediante el proceso de ósmosis. Esto se debe a que la concentración de moléculas de agua es mayor fuera del saco (en el vaso) que dentro del saco (dentro del aceite). La ósmosis continuará hasta que las concentraciones de agua en ambos lados de la membrana sean iguales.
Difusión: Las moléculas de aceite dentro del saco son demasiado grandes para atravesar la membrana, pero algunas moléculas más pequeñas, como el oxígeno y el dióxido de carbono, pueden difundirse a través de la membrana. Esto significa que las moléculas de oxígeno del agua se difundirán hacia el aceite y las moléculas de dióxido de carbono del aceite se difundirán hacia el agua.
Presión hidrostática: A medida que el agua ingresa al saco de membrana por ósmosis, la presión dentro del saco aumentará. Esto se conoce como presión hidrostática. La presión hidrostática se opondrá al movimiento de más agua hacia el interior del saco, llegando finalmente a un punto en el que la fuerza interior de la ósmosis se equilibra con la fuerza exterior de la presión hidrostática. Este estado de equilibrio se conoce como equilibrio osmótico.
En resumen, cuando un saco de membrana lleno de grandes moléculas de aceite se suspende en un vaso de agua, se producirá ósmosis y difusión, y se desarrollará presión hidrostática dentro del saco. Con el tiempo, el sistema alcanzará el equilibrio osmótico, donde cesará el movimiento neto de agua y moléculas a través de la membrana.