Los CFC se liberan a la atmósfera a partir de diversas fuentes, entre ellas:
* Sistemas de refrigeración y aire acondicionado: Los CFC alguna vez se usaron comúnmente como refrigerantes en refrigeradores, acondicionadores de aire y otros sistemas de enfriamiento. A medida que estos sistemas envejecen o se dañan, los CFC pueden filtrarse a la atmósfera.
* Latas de aerosol: Los CFC también se utilizaban como propulsores en latas de aerosol, como las que se utilizan en lacas para el cabello, desodorantes y pinturas en aerosol. Cuando se utilizan estas latas, se liberan CFC al aire.
* Disolventes industriales: Los CFC se utilizaban como disolventes en diversas aplicaciones industriales, como el desengrasado de piezas metálicas y la limpieza de productos electrónicos. Cuando se utilizan estos disolventes, los CFC pueden evaporarse a la atmósfera.
Una vez que los CFC se liberan a la atmósfera, pueden viajar largas distancias y eventualmente llegar a la estratosfera. En la estratosfera, los CFC pueden descomponerse mediante la radiación ultravioleta, liberando átomos de cloro. Los átomos de cloro pueden reaccionar con las moléculas de ozono, destruyendo el ozono y creando un agujero en la capa de ozono.
La capa de ozono protege a la Tierra de la dañina radiación ultravioleta del sol. La destrucción de la capa de ozono por los CFC puede provocar un aumento de los niveles de radiación ultravioleta que llega a la superficie de la Tierra, lo que puede causar cáncer de piel, cataratas y otros problemas de salud.