1. Peso: Las monedas deben tener un peso constante según su denominación. Pueden ser tolerables ligeras variaciones de peso dentro de las tolerancias especificadas.
2. Dimensiones: Las monedas deben tener dimensiones definidas, incluido el diámetro, el grosor y la forma, para garantizar el funcionamiento adecuado en los dispositivos que funcionan con monedas y facilitar su fácil identificación y manipulación.
3. Dureza: Las monedas deben poseer suficiente dureza para resistir el desgaste durante la circulación. Deben poder resistir los arañazos y abrasiones que se producen en el uso diario.
4. Durabilidad: Las monedas deben ser duraderas y resistentes a la corrosión y al deslustre. Deberán mantener su integridad física y apariencia durante un período prolongado.
5. Propiedades magnéticas: Dependiendo de la composición de la moneda, puede presentar propiedades magnéticas o no magnéticas. Ciertos metales, como el hierro o el níquel, son magnéticos, mientras que otros, como el aluminio o el cobre, no son magnéticos.
6. Color: Las monedas pueden tener varios colores según la composición del metal o cualquier recubrimiento aplicado. El color puede ayudar a distinguir entre diferentes denominaciones o tipos de monedas.
Propiedades químicas de las monedas:
1. Resistencia a la corrosión: Las monedas deben presentar resistencia a la corrosión causada por la exposición a la humedad, el aire o los productos químicos. La corrosión puede degradar la apariencia y la integridad de las monedas.
2. Conductividad: Los materiales utilizados en las monedas deben poseer una conductividad eléctrica adecuada para permitir su detección y clasificación en máquinas automatizadas o dispositivos que funcionen con monedas.
3. Composición: Las monedas suelen estar hechas de varios metales o aleaciones, incluidos cobre, níquel, aluminio, acero y metales preciosos como el oro o la plata. La composición determina las propiedades físicas y la durabilidad de las monedas.
4. No tóxico: Los materiales utilizados en las monedas no deben ser tóxicos y ser seguros de manipular. No deben liberar sustancias nocivas ni suponer un riesgo para la salud de los usuarios.
5. Resistencia a la falsificación: La composición química de las monedas debería incluir medidas para disuadir la falsificación. Esto puede implicar aleaciones únicas o características distintivas que son difíciles de replicar con precisión.
En general, las propiedades físicas y la composición química de las monedas son factores cruciales que influyen en su funcionalidad, durabilidad y seguridad en las transacciones monetarias.