Cuando el cloruro de sodio se disuelve en agua, las moléculas de agua rodean los iones y los solvatan, lo que significa que forman una capa de moléculas de agua alrededor de cada ion. Este proceso de solvatación debilita las fuerzas electrostáticas entre los iones, permitiéndoles separarse y disolverse en el agua.
Por el contrario, el alcohol etílico no puede solvatar los iones de cloruro de sodio con tanta eficacia como el agua. Esto se debe a que las moléculas de alcohol etílico no son tan polares como las moléculas de agua, por lo que no forman enlaces de hidrógeno tan fuertes con los iones. Como resultado, las fuerzas electrostáticas entre los iones no se debilitan lo suficiente como para permitirles separarse y disolverse en el alcohol etílico.
Por tanto, el cloruro de sodio es insoluble en alcohol etílico.