A temperatura ambiente (alrededor de 25 grados Celsius o 77 grados Fahrenheit), el dióxido de carbono (CO2) es un gas incoloro, inodoro y no inflamable. Es más denso que el aire y tiene un sabor ligeramente ácido. A temperatura y presión ambiente, el dióxido de carbono no es líquido ni sólido, sino que permanece en estado gaseoso.