El dióxido de azufre (SO2) es un gas que puede liberarse de las actividades industriales. Es un gas incoloro que tiene un olor acre a material quemado y se libera en centrales eléctricas alimentadas con carbón, refinerías de petróleo, fundiciones y otras plantas de fabricación. El SO2 puede causar problemas respiratorios y dañar la salud de las personas, y puede contribuir a la lluvia ácida y al daño ambiental.