Estos carburos a menudo se forman como redes continuas dentro de la microestructura, agotando el área circundante de cromo y comprometiendo gravemente la resistencia a la corrosión y la ductilidad.
Los materiales susceptibles al deterioro de la soldadura suelen ser aceros inoxidables austeníticos y aleaciones de níquel que contienen más de 0,02% de carbono, así como metales de soldadura utilizados para unir estos materiales.
Los factores que promueven el deterioro de la soldadura incluyen:
- Alto contenido de carbono en el material base o metal de soldadura.
- Exposición prolongada a temperaturas elevadas dentro del rango de temperatura crítica
- Ciertas microestructuras, como las estructuras dúplex o ferrítico-austeníticas, que son más propensas a la precipitación de carburos.
- Procesos de soldadura que implican velocidades de enfriamiento lentas, como la soldadura por arco metálico con gas (GMAW) o la soldadura por arco metálico protegido (SMAW).
Para mitigar el deterioro de la soldadura, se pueden emplear varias estrategias, tales como:
- Selección de metales de aporte y materiales base con bajo contenido de carbono.
- Controlar los parámetros de soldadura para minimizar el aporte de calor y los tiempos de enfriamiento.
- Aplicar tratamientos térmicos post-soldadura (PWHT) para disolver y redistribuir los carburos.