El impacto del bicarbonato de sodio sobre la densidad del agua se vuelve más notorio en concentraciones más altas. Por ejemplo, cuando se disuelve bicarbonato de sodio en agua para formar una solución saturada, la densidad puede aumentar aproximadamente entre un 2 y un 3%. Sin embargo, estas soluciones concentradas no se encuentran comúnmente en las aplicaciones cotidianas.
En resumen, si bien el bicarbonato de sodio técnicamente puede cambiar la densidad del agua, el efecto es mínimo para las cantidades típicas que se usan en el hogar o en las actividades cotidianas.