Los ácidos donan iones H+ cuando se disuelven en agua, lo que aumenta su concentración en la solución. Este aumento en la concentración de iones H+ desplaza el pH hacia valores más bajos, haciendo que la solución sea más ácida. El alcance del cambio de pH depende de la fuerza del ácido y de la concentración a la que se agrega. Los ácidos fuertes se disocian completamente en agua, liberando una gran cantidad de iones H+ y, en consecuencia, provocan una disminución más significativa del pH. Los ácidos débiles, por otro lado, se disocian parcialmente, liberando menos iones H+ y provocando un cambio menor en el pH.
La relación entre el pH y la concentración de iones H+ es logarítmica. Esto significa que un pequeño cambio en el pH corresponde a un cambio significativo en la concentración de iones H+. Por ejemplo, una disminución del pH de 7 a 6 representa un aumento diez veces mayor en la concentración de iones H+. De manera similar, un aumento del pH de 7 a 8 representa una disminución diez veces mayor en la concentración de iones H+.