El sodio metálico es altamente reactivo y reacciona fácilmente con el oxígeno, el agua y el dióxido de carbono presentes en la atmósfera. Esta reactividad hace que el sodio metálico forme rápidamente compuestos como óxido de sodio, hidróxido de sodio y carbonato de sodio, lo que hace imposible encontrar sodio metálico puro en la naturaleza.