El cloro es el segundo halógeno más ligero y es un gas acre de color amarillo verdoso que tiene un olor acre similar al de la lejía. Es ligeramente soluble en agua y reacciona con muchos elementos para formar cloruros.
El flúor es el halógeno más ligero y es un gas amarillo pálido que es extremadamente reactivo. Es el más electronegativo de todos los elementos y reacciona con la mayoría de los elementos para formar fluoruros.
Debido a su alta reactividad, el cloro y el flúor son potencialmente tóxicos y deben manipularse con cuidado. Ambos gases pueden provocar quemaduras en la piel y daños oculares, y la inhalación de cualquiera de ellos puede provocar problemas respiratorios.