El ácido clorhídrico (HCl) es un ácido fuerte y altamente corrosivo que puede disolver una amplia variedad de materiales. Sin embargo, existen algunas sustancias que son resistentes al HCl, incluido el platino.
El platino es un metal noble muy resistente a la corrosión. Esto se debe a que el platino tiene una configuración electrónica muy estable, lo que dificulta que otros átomos reaccionen con él. Como resultado, el platino no se ve afectado por el ácido HCl.
De hecho, el platino es tan resistente a la corrosión que a menudo se utiliza para fabricar equipos de laboratorio que se utilizan para manipular ácido HCl. Los crisoles, vasos de precipitados y otros recipientes de platino se utilizan comúnmente en los laboratorios de química porque pueden resistir los efectos corrosivos del ácido HCl.