Aunque el óxido exhibe cierto grado de conductividad eléctrica, su resistencia al flujo de corriente suele ser mayor en comparación con los metales puros como el cobre o el aluminio. La conductividad del óxido puede variar dependiendo de diversos factores como su composición, contenido de humedad y grado de oxidación. Es importante tener en cuenta que el óxido o la corrosión severos pueden degradar significativamente la conductividad eléctrica de las superficies metálicas. Cuando se trata de componentes eléctricos, el óxido puede provocar una mayor resistencia, mal funcionamiento e incluso cortocircuitos. Por lo tanto, la prevención de la oxidación es crucial para garantizar el correcto funcionamiento y la seguridad en los sistemas eléctricos.