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El consumo de pescado contaminado con metilmercurio representa un peligro para la salud humana. Nueva investigación publicada en Environmental Toxicology and Chemistry puede ayudar a los funcionarios encargados de la gestión de los recursos ambientales a predecir qué regiones es probable que tengan peces con altas concentraciones de esta toxina, sin necesidad de realizar pruebas exhaustivas.
Los investigadores encontraron que el 72 % de la variación en las concentraciones promedio de metilmercurio en la lobina negra entre las regiones del sureste de los EE. UU. podría explicarse por el porcentaje de cobertura de la tierra por bosques siempreverdes, humedales herbáceos emergentes y pastos/heno.
Los científicos explican que el mercurio inorgánico de la atmósfera se deposita en el paisaje, pero que la cubierta terrestre determina cuánto de este mercurio inorgánico se transportará a los sistemas de agua dulce y se convertirá en metilmercurio en los ambientes acuáticos.
"Nuestro estudio sugiere que los esfuerzos de monitoreo deben centrarse en las ecorregiones con tipos de cobertura terrestre que aumentan la 'sensibilidad' de los cuerpos de agua a la deposición de mercurio atmosférico", dijo el autor principal Ray Drenner, Ph.D., de la Universidad Cristiana de Texas. "Esperamos que nuestro estudio ayude a los administradores de recursos encargados de emitir avisos de mercurio sobre el consumo de pescado". Investigando la contaminación por mercurio en lagos de agua dulce en Corea