El punto de ebullición de un compuesto está determinado por la intensidad de las fuerzas intermoleculares presentes. Los ácidos carboxílicos tienen las fuerzas intermoleculares más fuertes (enlaces de hidrógeno), seguidos de los alcoholes (enlaces de hidrógeno), luego los ésteres (fuerzas dipolo-dipolo) y finalmente los hidrocarburos (fuerzas de dispersión de London). Cuanto más fuertes sean las fuerzas intermoleculares, mayor será el punto de ebullición.